30 de Junio de 1783

Hoy no ha pasado absolutamente nada, así que lo único que estoy haciendo al escribir esto es gastar la poca tinta que le exprimí al pulpo.

29 de junio de 1783

Hoy sí he conseguido pescar un pulpo. Lo suyo me ha costado. Me abalancé sobre él con una estaca y, tras dos horas de lucha, al salir del agua nadie podría haber dicho quién había pescado a quién. Pero soy yo el que escribe esto con la tinta del otro.

28 de junio de 1783

Anoche soñé que naufragaba y que me quedaba solo en una isla desierta.

27 de junio de 1783

Yo me aburro, el loro se aburre, los cocoteros se aburren, todos nos aburrimos.

26 de junio de 1783

Cuando era pequeño, mi abuelo me explicó un día cómo fabricaba cerveza en el propio sótano de nuestra casa. Y a decir de los lugareños, era la mejor. No sé por qué demonios no le presté atención.

25 de junio de 1783

Como ya se me han pasado las agujetas, hoy he vuelto a darle puntapiés a la pelota de hojas de palma. Pero como que le daba sin ganas, melancólico... no sé...

24 de junio de 1783

Segundo día a la espera del pulpo. He pillado un chipirón, me ha costado tres heridas en las piernas y con su tinta no escribo ni la fecha.

23 de junio de 1783

Hoy me he metido al recodo del saliente de rocas a buscar pulpos. Tras unas 10 horas de espera, he tenido el mismo éxito que si hubiese buscado juegos de té de 6 piezas en porcelana china.

22 de junio de 1783

No me había parado a pensar aún en ello, pero no creo que quede demasiada tinta en frasco entre los restos del naufragio. Tengo que ponerme a pescar un pulpo ya.

21 de junio de 1783

Hoy he vuelto a ver al loro posado en la barandilla de porsche. Juraría que está ojeroso y le duele la cabeza, porque no ha dicho ni pío. Es evidente que cualquiera aquí se lo pasa mejor que yo.

20 de junio de 1783

Desde que llegué a esta isla he estado alimentándome de cocos, mangos, pescado fresco, agua de lluvia y algún que otro conejo. Y se me está quedando un tipín...

19 de junio de 1783

Viernes. No sé por qué razón, es una completa estupidez, pero me da la sensación de echar en falta a un negro en taparrabos. Serán imaginaciones mías, me estoy volviendo majara aquí solo.

18 de junio de 1783

Hoy me he pasado todo el día haciendo obras en la cabaña. Apuntalando el techo de palma, poniendo barandillas al porche. Me ha quedado todo estupendo, pero tengo una terrible sensación de estar haciendo el gilipollas.

17 de junio de 1783

Hace unos días que el loro no aparece. Probablemente esté de picos pardos. Cuando vuelva le preguntaré si su lora tiene alguna amiga...

16 de junio de 1783

Por doler me duele hasta el aliento, gracias a la dichosa pelota de hojas de palma. Pero qué sonrisa llevo encima desde hace dos días.

15 de junio de 1783

A la palabra "agujetas" le faltan letras para describir lo que estoy sufriendo. Toca dejar la pelotita en paz unos días.

14 de junio de 1783

Estoy empezando a ver que esto es cuestión de práctica. Si en vez de darle con la uña uso el empeine de lado, el esférico incluso rota sobre sí mismo y adquiere una curiosa trayectoria curva. Es apasionante.

13 de junio de 1783

Hoy he hecho un descubrimiento prodigioso. Cansado de golpear mi esférico con el pie derecho, he probado a hacerlo con el izquierdo... ¡y no tenía ni idea de que soy zurdo! Lo he introducido entre los dos cocoteros más de la mitad de las veces.

12 de junio de 1783

Aprovechando mi nuevo artefacto esférico, más dúctil que el coco, hoy le he dado varias patadas. Mi pie derecho lo agradece.

11 de junio de 1783

He recogido unas cuantas hojas de plátano, las cuales en enrollado unas sobre otras y las he atado de forma esférica con una pequeña liana entrecruzada. Tiene el tamaño de un coco grande, pero es mucho más blando en el golpeo.

10 de junio de 1783

Hoy he vuelto a darle una patada al coco y me he dejado clavada en él la uña del dedo gordo. Pero se me está ocurriendo otra cosa, mañana la pruebo.

9 de junio de 1783

Hoy tengo el pie morado de la patada al coco de ayer, pero sigo con ganas de volver a darle.

8 de junio de 1783

Esta mañana había un coco solitario en medio de la playa y sentí un irrefenable deseo de darle una patada. Casi me parto un pie, pero lo colé entre dos palmeras. Es muy extraño, pero me gustó.

7 de junio de 1783

"Así aprenderán estos romanos", decían. Gilipollas...

6 de junio de 1783

Esta mañana ví cómo se acercaba una barcaza a mi playa llena de gente. Lloré de gozo porque venían a salvarme. Se bajaron, gritaron ser del Frente Judaico Popular y se clavaron un puñal. Sigo solo y encima tengo que limpiar el estropicio.

5 de junio de 1783

El otro día abrí demasiados cocos para la sed que tenía. Los dejé secar al sol. Hoy, 10 días más tarde, me he bebido el poco agua que les quedaba y me lo estoy pasando en grande...

4 de junio de 1783

El loro empieza a mostrarse más confiado. Ya se me posa en la barandilla del conato de porsche de mi cabaña. Démosle tiempo.

3 de junio de 1783

Hoy es uno de esos días que me podía haber saltado tranquilamente

2 de junio de 1783

¡¡¡Mecagüen todo!!!....................... En las islas desiertas también hay malos días.

1 de junio de 1783

Del buen tiempo se pasa a la canícula en un abrir y cerrar de ojos. Ni mujeres ni nada, hoy daría mi reino por una rica cerveza en el pub de mi pueblo escocés.