19 de abril de 1784

Mi sueño de crear una nueva especie de mejillón gigante han resultado un terrible fracaso.
Ahora Miércoles me mira mal, el loro me rehuye y tengo un enorme escozor al orinar.

18 de abril de 1784

Quiero un mejillón más grande, con más carne para comer y con la concha más dura para serrar y cavar.

17 de abril de 1784

He encontrado en el libro algo que me parece muy interesante.
Si polinizo una rosa de la variedad Glastonbury con una Golden Celebration obtendré una Oxford Galant.

16 de abril de 1784


Cuando llevaba varias horas intentando ajustar la marcha del reloj me he dado cuenta de una cosa.
No tengo patrón. No tengo mujer. No tengo responsabilidades.
¿Para qué diantres querría yo un reloj?
Espero que algún material me sirva para un alambique nuevo.

15 de abril de 1784

¿Es cosa mía o este reloj atrasa?

14 de abril de 1784

Ya está.
A partir de hoy sabré en qué hora vivo.

13 de abril de 1784

Decidido. Comenzaré a construir un reloj de sol.

12 de abril de 1784

En un arca he encontrado varios libros.
Algunos no se han echado a perder totalmente por el agua.
Hay uno que me parece muy interesante. Es un manual para construir cosas.

11 de abril de 1784

Como esta vez el naufragio ha sido real, la costa está llena de restos.
He empezado a recoger los que parecen más interesantes.

10 de abril de 1784

Obviamente el cadáver del timonel me lo he quedado yo.
Después de pasarme 14 horas arreándole con el tallo de la hoja de una palmera seca me he cansado.
Ahora cuelga de sus genitales boca abajo entre dos palmeras. Estoy esperando a los cuervos tropicales para ver cómo le sacan los ojos.

9 de abril de 1784

Miércoles llevó el mensaje a sus destinatarios.
El festín que se están dando los caníbales es de órdago.
Toda la isla huele a torreznos.

8 de abril de 1784

Cuando llevaba doce fosas con sus correspondientes cadáveres y la concha de mejillón ya no daba más de sí, me rendí y opté por una solución rápida.
Llamé a Miércoles y le di un mensaje.

7 de abril de 1784

Allá vamos.
Empieza la tarea de enterrar cadáveres.
¿De qué me suena esto?

6 de abril de 1784

Algo me olió mal al ver que Crosseye continuaba como timonel.
Esta vez nos hemos comido la escollera con toda la proa y, si me apuro, de amura a aleta y viceversa.
Milagrosamente, he conseguido llegar a la playa a salvo.

5 de abril de 1784

Embarcamos.
Adiós maldita isla. Espero que una ola gigante venga y te sepulte en lo más profundo de una fosa abisal.

4 de abril de 1784

Cuando acabaron de reírse se pusieron a buscarme pero no me encontraron.
Hace unos días, mientras navegaban por la zona, decidieron hacer acopio de agua en esta isla y de paso mirar si yo estaba por aquí.
Mañana partiremos. En cuanto recalemos en puerto me uniré a otra tripulación.

3 de abril de 1784

Al parecer, no hubo naufragio, todo se trató de una broma.
Yo estaba dormido y todos comenzaron a gritar: "¡Escollera! ¡Nos hundimos! ¡Sálvese quien pueda!" Mientras golpeaban cazos y toneles.
Yo salté por la primera escotilla que vi. Dicen que al grumete O'Hara se le estalló una tripa de la risa y estuvo a punto de morir.

2 de abril de 1784

Estoy de una mala leche tal que podría matar a toda la tripulación con los dientes 123 veces.
Es la Grimalda. Y nunca se hundió.
Normal, que no encontrase ni restos del naufragio, ni cadáveres.

1 de abril de 1784

No me lo puedo creer. No es un sueño. Es el Grimalda y acaba de fondear en una cala cercana. 

31 de marzo de 1784

Hoy, al atardecer, me he imaginado en el horizonte la silueta del Grimalda, el barco que me trajo hasta aquí.