18 de junio de 1784

Viendo desapasionadamente la cara de Bambata semienterrada en la arena, me percato de que es más fea que pegar a un predicador que te trae limosna. Es gorda. Le faltan dientes -y no del remazo-. Es tuerta. Y de cerca huele bastante mal.
Desde mi juventud en Escocia siempre he confundido calentura y amor. Y no digamos cuando al binomio le añadía un par de pintas.

17 de junio de 1784

Para lo bueno nunca acierto. Para lo malo siempre.
Me quedé en la puerta de la choza. Vi caer el rayo, caer al palmera, quebrar la choza y comenzar el diluvio.

Lo primero que salió por la grieta en medio de un manantial fue el arcón. Lo aparté a mi lado y cogí la tapa.
Después salió fluyendo el indígena. Le di con la tapa de canto en sus partes. Aún se debe estar retorciendo.
Después apareció Bambata. Le di en la cabeza. Aquí está, más quieta que la muda de un cangrejo.

16 de junio de 1784

Como ya es tradición en cada temporada de las lluvias inexorablemente cae un rayo.
Inexorablemente en mi parte de la isla. Inexorablemente en la playa donde vivo. Inexorablemente da en una palmera. Inexorablemente sobre la que está encima de mi choza. Inexorablemente el rayo parte la palmera. Inexorablemente la palmera cae y destroza la choza.
Inexorablemente inmediatamente después cae la madre de todos los diluvios. 

15 de junio de 1784

Estoy tranquilo.
Mañana empieza la temporada de las lluvias.

14 de junio de 1784

Consultado Miércoles me dice que en esta asquerosa y salvaje isla las leyes caníbales protegen a la mujer cuando se produce un repudio.
La choza, el arcón y su contenido. Hasta el loro. Todo ahora es de Bambata.

13 de junio de 1784

Vuelvo cabizbajo y hecho polvo a la choza.
Me encuentro a Bambata con un indígena que me cortan el paso.

12 de junio de 1784

Consultado Miércoles me informa que escupir en la cara para la cultura caníbal significa el mayor de los desprecios.

11 de junio de 1784

He intentado volver a rehacer nuestra relación.
Ella me ha escupido en la cara.
¿Qué habrá querido expresar?

10 de junio de 1784

Hoy me he atrevido a entrar en la choza.
Allí sólo quedaba Bambata viva. Junto a ella había tres cadáveres.

El estado de los otros dieciséis indígenas que quedaban en la choza era aún peor.

9 de junio de 1784

De noche cerrada un grupo muy numeroso de salvajes atacaron la choza.
Su acción fue repelida por parte de los cuarenta amigos y familiares de Bambata que ahora la habitan.

Al amanecer la playa estaba sembrada de cadáveres.

8 de junio de 1784

Hoy ha habido un altercado en nuestra choza.
Parece que ha habido una disputa por un cachito de espejo.

Dos indígenas han fallecido.

7 de junio de 1784

Hoy he visto a Bambata por primera vez. 
No me ha hecho ni caso pero estaba bellísima con mis espejitos alrededor del cuello.

6 de junio de 1784

Sigo esperando que Bambata se digne a llamarme.
Por otro lado, estoy asombrado de lo buen arquitecto que soy. Hay más de veinte personas en la choza bailando todo el día y toda la noche y no se han hundido los cimientos.
Noto que una pared empieza a desaparecer. Sin duda para alimentar la hoguera que han hecho en el interior de la choza.

5 de junio de 1784

Esta mañana han llegado otras cuatro personas de edad mayor que Bambata y el tercer indígena. A su vez dos indígenas más que guardan gran parecido con Bambata, ambos acompañados de lo que parecían sus esposas.
Todos ellos portaban numerosos objetos y una gran camada de bebés de los que he perdido la cuenta.

4 de junio de 1784

Aún no he podido entrar en la choza desde el día anterior a la boda.
Como me hallo a poco metros de la puerta esperando el momento en el que pueda disfrutar de mi esposa, he podido comprobar que un tercer indígena ha llegado.
Le han acompañado niños indígenas de edades que pueden rondar desde los seis meses hasta los cuatro años aproximadamente.

3 de junio de 1784

Consultado Miércoles ha procedido a informarme de que entre las tribus caníbales que habitan esa isla no existe nada que se parezca remotamente al derecho de pernada.
No puede obviarse que Miércoles, aparte de ser un poco envidioso- no es el tipo mejor informado de esta isla.

2 de junio de 1784

Lo primero que supuse es que se trataba de un derecho de pernada o algo así.
Pensé: Son sus costumbres y hay que respetarlas.
Hoy, ha llegado otro caníbal -sospechosamente parecido al que vi retozando con ella mientra cagaba- y han vuelto a hacer la misma jugada. Sólo que todavía no han salido y los gemidos se oyen a tres playas.
Este segundo salvaje ¿será el vicepresidente o algo así?

1 de junio de 1784

Esto no está siendo como yo esperaba.
Nada más acabar la ceremonia. El caníbal gordo -que debe ser el jefe o algo así- se ha cogido a Bambata, la ha llevado a mi choza y no ha salido hasta bastante después del mediodía.
Se les oía gemir a dos playas de distancia. El resto de la tribu bailaba alrededor de la choza gritando oé oé oé y alrededor mío con los puños en la frente y el índice y el meñique extendidos.

31 de mayo de 1784

La boda está siendo la bomba.
Todos bailando alrededor de una hoguera, gritando y lanzándose lanzas ardiendo a los pies. Estos caníbales sí saben organizar una jarana.
El menú me ha decepcionado: Fruta y verdura.

30 de mayo de 1784

Hoy se ha presentado aquí media tribu.
Miércoles, con las manos en la cabeza, me ha explicado que quieren organizar la boda cuanto antes.

Gracias Señor. Ahora sé cuál fue la razón por la cual me abandonaste dos veces en esta isla asquerosa llena de caníbales y de cacas de loro.

29 de mayo de 1784

Desde ayer la actitud de Bambata hacia a mí ha cambiado como de la noche al día.
De repente es ella la que me ha venido a buscar y hasta me ha traído fruta.
Ya sabía yo que en su pecho indígena e infiel había algo que latía por mí.

28 de mayo de 1784

Hoy, por culpa de la marejada nos hemos visto obligados a cambiar el sentido de nuestro paseo. Lo cual hizo que llegásemos hasta mi choza.
Como ella no habla le he estado mostrando cosas del arcón.
Al ver los cachitos de espejo rotos se ha quedado ojiplática.

27 de mayo de 1784

Hoy, delante de mí, Miércoles le ha propuesto mis intenciones a Bambata.
No ha hecho ni el menor gesto positivo.

Creo que se sigue haciendo la interesante, pero en el fondo me ama.

26 de mayo de 1784

Le he pedido a Miércoles que le diga a Bambata que me quiero casar con ella.

Miércoles ha accedido a regañadientes.
(Le he tenido que amenazar con el mal de ojo del ojo azul... golpe bajo pero siempre funciona).

25 de mayo de 1784

Hoy le he declarado mi amor a Bambata.
Ella sigue haciéndose la dura. No me habla ni muestra ningún interés por mí.
Creo que es un claro síntoma de amor.

24 de mayo de 1784

Ya está todo resuelto. 
He tomado una decisión adulta.

A partir de hoy iré a cagar a otro sitio.

23 de mayo de 1784

He ido a la playa. Me he puesto a caminar con ella. Como siempre, yo soy el único que hablo. Le he pedido explicaciones sobre lo que había estado haciendo ayer.
Obviamente, como soy el único que hablo ella no me ha respondido.
He decidido olvidar el incidente y comenzar de nuevo.

22 de mayo de 1784

Hoy iré a hablar con ella para que me cuente lo sucedido.
Debe tratarse de un error.

21 de mayo de 1784

Estoy llorando en mi choza.
Todo se nubla a mi alrededor.
Bambata se fue con un...
¡Dios! ¿Qué estoy diciendo?

20 de mayo de 1784

Hoy, al adentrarme en la selva a causa de su imperiosa llamada, he visto a una caníbal retozando con un caníbal.
En un principio pensé que era Miércoles con una de sus bellezas oscuras. Pero más tarde pude advertir que ella era Bambata.
Mi corazón ha dejado de latir.

19 de mayo de 1784

Hoy, le he dicho a Bambata lo que siento por ella.
No ha puesto cara de enterarse, pero creo que en el fondo, su corazón traduce lo que siento.

18 de mayo de 1784

Miércoles lleva 24 horas haciendo gestos como si estuviese espantado.
Moviendo la cabeza de un lado a otro e interponíendose entre la puerta y yo.
No quiero pensar mal de él pero... ¿no estará teniendo un ataque de envidia?

17 de mayo de 1784

Hoy le he dicho a Miércoles que quiero a Bambata.
Ha abierto lo ojos más incluso que aquella vez en la que le estrellé un coco en la mitad de su anatomía.
Qué raro...

16 de mayo de 1784

Hoy he cogido de la mano a Bambata.
Me la ha soltado rápidamente.
Debe ser un gesto que no se estila entre las tribus caníbales.

15 de mayo de 1784

Morag, has sido mi amada durante muchos años.
Pero supongo que ya nunca te volveré a ver.
Adiós Morag. No te olvidaré aunque mi corazón tenga otra dueña.

14 de mayo de 1784

¿A quién quiero engañar?
Jamás saldré de esta isla.
Tengo que pensar en mí mismo. Tengo que empezar a vivir con lo que tengo.

13 de mayo de 1784

Se llama Bambata.
Y tiene unos ojos preciosos.

12 de mayo de 1784

Hoy, cuando Miércoles y su amiga se han adentrado en la selva buscando un poco de intimidad, la otra chica y yo nos hemos quedado solos.
No podemos hablar por diferencias idiomáticas evidentes pero me ha sonreído.
O, bueno, casi me ha sonreído.

11 de mayo de 1784

Hoy hemos vuelto a quedar con ellas para pasear.
Bueno, con ellas no. La de Miércoles es otra y yo diría que, como siempre, más guapa que la de ayer.

10 de mayo de 1784

Hoy, paseando con Miércoles, han aparecido dos chicas de su tribu.
La más alta y bella era una de las novias de mi compañero.
La otra no estaba mal.

9 de mayo de 1784

Aquí todo es muy solitario.
Cuando no tienes esperanza sólo te quedan las ilusiones.


Y vivir de ilusiones no es propio de una mente racional.

8 de mayo de 1784

La tapa del baúl ha vuelto a su sitio.
(Para una vez que tengo una afición en la que soy mejor que Miércoles...)

7 de mayo de 1784

¿A quién quiero engañar? Esta vida no es seria. ¿Qué pensaría mi madre si me viese?
¿De verdad alguien querría dedicarse a esto el resto de mi vida?


La vida de verdad es trabajar de sol a sol. Y si puede ser con un capitán explotador que grite, mucho mejor.
Lo que tenía antes de caer en esta maldita isla sí era una vida.

6 de mayo de 1784

Me paso el día de playa en playa. Sintiendo el sol el mar y el viento sobre mi cuerpo. Con la fiebre de buscar  mejores olas.

5 de mayo de 1784

Volvemos a la cabaña.
Creo que mi vida tiene un fin.
Olas, tapa, espuma...

4 de mayo de 1789

Gracias a mi compañero que me ha acompañado (él ha sido el que ha cargado con la tapa del arcón) he podido cabalgar sobre esa ola.
Desde ahora le llamaré El Gran Miércoles.

3 de mayo de 1789

Me he deslizado sobre lo que yo llamaría la ola perfecta.
¿Cómo describir la sensación?
Plenitud

2 de mayo de 1784

Estoy cruzando la isla entera. Ahora estoy en lo alto del risco.
En la zona sur he visto una rompiente con la mejor ola de derechas que he visto jamás.
Espero llegar mañana.

1 de mayo de 1784

Hoy he estado en el norte.
Necesito buscar más sitios para probar otras olas.

30 de abril de 1784

He estado en el rompiente del sudeste.
La olas eran tan grandes que había momentos en los que me envolvían.
Era como estar en un tubo de agua.

29 de abril de 1784

Creo que voy dominando el tema.
Lo malo es que de tanto darme el sol tengo la piel muy morena y el pelo se me ha quedado rubio rubio.
Mañana iré a otra playa de la isla donde el mar está más movido.

28 de abril de 1784

Para evitar ir hasta la orilla a buscar la tapa le he atado una cuerda y me la he unido a mi tobillo.
¡Menudo invento!

27 de abril de 1784

Definitivamente voy mejorando.
Me pongo completamente de pie y voy dirigiendo la tapa a donde yo quiero.

26 de abril de 1784

Me estoy perfeccionando.
Ya me pongo casi de pie en la tapa.

25 de abril de 1784

He cogido la tapa del arca de los libros.
Me he adentrado en el agua y he estado cogiendo las olas encima de ella.
Tumbado al modo pelícano.

24 de abril de 1784

He estado contemplando a los pelícanos.
Aprovechan el impulso de la olas y se dejan arrastrar por ellas hasta llegar casi a la orilla.