13 de enero de 1784
Bueno, darle la vuelta a nado a la isla sí podría medirse en lunas, pero tiene tres graves inconvenientes: el mareo de girar siempre hacia el mismo lado, los insaciables tiburones y mi total falta de flotabilidad en aguas de más de un palmo de profundidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario