5 de agosto de 1783
Hoy aún no me han dado de comer. No es porque me vean demasiado gordo, sino porque dos tipos, a los que tengo por los cocineros están discutiendo. Uno intenta darme multitud de frutas y dulces. El otro, carne y pescado. Qué pena que un tercero no puje por el té y la sal de frutas.
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