10 de abril de 1784

Obviamente el cadáver del timonel me lo he quedado yo.
Después de pasarme 14 horas arreándole con el tallo de la hoja de una palmera seca me he cansado.
Ahora cuelga de sus genitales boca abajo entre dos palmeras. Estoy esperando a los cuervos tropicales para ver cómo le sacan los ojos.

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