16 de junio de 1784

Como ya es tradición en cada temporada de las lluvias inexorablemente cae un rayo.
Inexorablemente en mi parte de la isla. Inexorablemente en la playa donde vivo. Inexorablemente da en una palmera. Inexorablemente sobre la que está encima de mi choza. Inexorablemente el rayo parte la palmera. Inexorablemente la palmera cae y destroza la choza.
Inexorablemente inmediatamente después cae la madre de todos los diluvios. 

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