6 de junio de 1784

Sigo esperando que Bambata se digne a llamarme.
Por otro lado, estoy asombrado de lo buen arquitecto que soy. Hay más de veinte personas en la choza bailando todo el día y toda la noche y no se han hundido los cimientos.
Noto que una pared empieza a desaparecer. Sin duda para alimentar la hoguera que han hecho en el interior de la choza.

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